jueves, 31 de mayo de 2018

Indonesia: Java

Volvíamos pues a Bali a través del puerto de Sanur y retornábamos a House of D16 en Nusa Dua, donde disfrutamos de otra noche de póker y muchas risas en la piscina con la gente nueva y con la que quedaba de la semana anterior.

Escala de simplemente de descanso para coger un vuelo al dia siguiente a la isla de Java, donde se encuentra la capital del pais y donde se alberga la mayor población en una isla del mundo, nada más y nada menos que 145 millones de personas. Nuestro destino fue Jogyakarta (no confundir con Yakarta, que es la capital), donde nos esperaban otras dos chicas de Barcelona que conocía Laura.

Aunque llegamos tarde al hostal, aún tuvimos fuerzas para dar una buena caminata hasta la calle de Malibord (la comercial y gastronómica) y probar en nuestras propias carnes la leyenda de los Twin Banyan Tree. El parque de Alun Alun es un descampado de forma cuadrada con dos árboles situados de forma paralela a un palacio, y por los cuales hay que caminar entre ambos siguiendo 3 reglas: se debe hacer sólo 1 vez en la vida, de noche y lo más dificil de todo, con los ojos vendados. En teoria, la leyenda dice, que tus sueños se cumplirán si se es capaz de atravesar los árboles caminando bajo esas tres condiciones. Parece una tarea fácil, pero hay que recorrer unos 60-80 metros con los ojos vendados y se pierde completamente el sentido de la orientación, de hecho, sólo Carlos lo consiguió de los 5 que lo intentamos.


A partir de la semana siguiente empezaría una maratón de tres dias dirección este que a continuación relataré. En Jogyakarta alquilaríamos una minivan durante 12 horas a la que se uniría un alemán llamado Koljak, que en principio parecía tímido (en cierto modo porque las dos nuevas chicas no hablaban inglés y la comunicación empezó a limitarse al español) pero que resultó un crack y nos acompañó en una gran parte del viaje. Saldríamos a las 4 de la mañana del hostal para ir a ver el amanecer desde un punto en el que se veía el templo de Borobudur. La vista estuvo muy bonita pero sinceramente el templo estaba realmente lejos lo que lo hacía insignificante entre las montañas y la selva. Cuando el sol lucía con claridad ya, fuimos al templo en cuestión y lo estuvimos visitando un par de horas. Parece ser que es el templo budista más grande del mundo, lo que es paradójico tratándose de un area donde el islam predomina. El hostal también nos había ofrecido ver el amanecer en el templo por bastante más dinero que desde el viewpoint, y a posteriori puedo decir que nos equivocamos porque salir el sol entre budas, campanas y pagodas hubiera sido mucho más espectacular.



 



Después sería hora de visitar el templo de Prambanan, el cual se extendía en una llanura que hacía dificil combatir el calor que empezaba a hacer. Este parece ser el templo hinduista más alto de toda Indonesia

 

Acabaríamos el dia exhaustos de tanto andar pero lo finalizamos con una buena pizza e incluso una cerveza guiness versión indonesa.


El dia siguiente nos esperaría un viaje largo de tren de unas 9 horas y otras 2 en minivan para llegar al pueblo de Cemoro Lawang, situado en las inmediaciones del volcán Bromo. El pueblo en sí está compuesto por varios hoteles y casa de huéspedes, muy poco preparado, en mi opinión, para la afluencia masiva de turistas que los visitan. Nos quedamos en sitio de dudosa higiene (y eso que habíamos descartado 2 anteriormente) y donde nos pusieron la cena de mala gana y con un trato algo agresivo. Conoceríamos a otros dos alemanes más, Mayka y Dorian con los que nos tomamos unas cervezas antes de irnos a dormir.

Atención al madrugón de la mañana siguiente: 3.30 de la madrugada. Alquilamos un jeep para ver el amanecer de nuevo (andando nos hubiera supuesto unos 45 minutos menos de sueño) desde una colina llamada King Kong Hill. Sin ninguna duda la imágen más espectacular de todo Java se encontraba ahí:





Después hicimos lo propio y visitaríamos el cráter, después de andar alrededor de 45 minutos desde el parking que el jeep nos dejo. Confieso que me quedé a la mitad de las escaleras que subían al borde del volcán, por cansancio y sobre todo por el aire sulfúrico que desprendía la estructura geológica que apenas dejaba respirar. Disfrute de la vista mientras dibujaba y esperaba a los demás que bajaran del cráter.



De vuelta a la casa de huéspedes, decidimos continuar el camino hasta nuestro siguiente destino, lo que serían unas 6 o 7 horas de viaje. Los alemanes, por su parte, decidieron tomarselo con más calma y quedarse en Bromo una noche más. Yo tengo que decir que dudé mucho también, dado el estrés temporal al que me estaban sometiendo los catalanes :) pero acabé cediendo y llegar con ellos a Ijen.

El hombre del tour  nos prometió el oro y el moro en nuestro siguiente alojamiento y fue una estafa como era de esperar. Prometió piscina y la había si, pero sin agua desde hacía años. Prometió jacuzzi, ni idea de a lo que se refirió con eso porque no lo encontramos. Prometió un buen desayuno y nos dieron literalmente (no es una exageración) un huevo cocido a cada uno. Prometió un buen resort y sinceramente puede ser en uno de los peores que he estado en mi vida. Pero no hay opciones señores, entonces te lo comes con patatas.

Ahora llega el chiste y por tercera vez consecutiva había que ver otro amanecer, de los que, sinceramente empezaba a estar muy harto. A las 12 de la noche nos despertarían (es decir que dormimos unas 3 horas) para empezar a ascender el monte. El complejo volcánico de Ijen es una zona minera donde extraen azufre y donde se enceuntra el lago más ácido del mundo. Es muy conocido por su famoso Blue Fire, único en el mundo también, que  consiste en un fenómeno químico que resulta de picar las rocas de azufre las que desprenden ese humo de color azul.

En mi experiencia, no vale la pena ir a este sitio. Es un negocio más y las medidas de seguridad brillan por su ausencia. El gas es super tóxico y el "alucinante" blue fire es algo parecido a la llama de gas natural que puedas tener en tu cocina. Se asciende durante dos horas caminando hacia el cráter con máscaras de gas e incluso se baja hasta el agua ácida del volcán (cosa que está aparentemente prohibida) donde el aire es irrespirable y los ojos se irritan sin poder ver un carajo. Yo no me quede ni siquiera a ver el tan esperado amanecer y preferí descender y dormir 2 horitas en la furgo que nos esperaba. No tengo ni fotos chicos, ah bueno si, esta:


De allí nos comeríamos otras 2 o 3 horas más de furgoneta para llegar al puerto donde cogeríamos un ferry y llegaríamos a Bali. Por fin! Mi paso por Java había sido atropellado y muy estresante, por tanto Bali de nuevo sería la mejor opción, eso si, en otra zona que muy pronto contaré.

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