viernes, 9 de junio de 2017

Belarus + Czech

Si no hay actividad en el blog, es por falta de viajes. Pero si estas lineas están siendo escritas y posteriormente leidas, significa que el menda ha vuelto a coger un avión recientemente.

Parte del viaje ha sido a territorio más que conocido, mi segunda casa, República Checa. La idea empieza un dia de diciembre del año pasado cuando estaba en una cabaña en alguna isla de la lejana Camboya y veo un anuncio en facebook de que los legendarios KISS tocarían en Brno medio año después. Inmediatamente pregunto a Hugo, un malagueño de la vieja guardia de Brno, si asistiría al concierto. Tras unos minutos, recibo conirmación y me falta tiempo para comprar la entrada y coger un vuelo de ida hasta Bratislava (estaba a 25 €...¿qué podía fallar?)

Una excusa más que barata, pero suficiente para tener hacerme un viajecito ya dicho de paso. Durante estos últimos meses, el viaje no estaba muy claro ni dónde ni con quién. Sonaron sitios como Innsbruck, Liechtenstein, Zurich e incluso Kiev, pero siempre me decanto por la rapidez en las decisiones y Jompi no faltó a la cita proponiendome incursión a la capital bielorrusa de Minsk con la entrada en vigor de la nueva política de visado gratuito durante 5 dias para los miembros de la Unión Europea. Y así empezaría a tomar forma el recorrido.

Primera parada Bratislava, donde mi amiga Irena me hizo el favorazo de ir a recogerme para llegar 1 hora y cuarto más tarde a la segunda estación, mi añorada Brno. Viernes que hice coincidir a conciencia con el cumpleaños de mi amigo portugués Daniel y que celebramos con la gente que queda por alli a la vieja usanza.


Tras la resaca más que premonitoria y casi programada, el dia siguiente fue de recuperación en casa de Hugo para estar en plena forma para ver a los sesagenarios e inlcuso alguno septagenario KISS. Una banda de rock mítica de los años 70, 80 y 90 que siempre seguí y que era hora de ver en directo antes de que se retiren. El concierto fue al aire libre en Vystaviste y los medios técnicos y el espectáculo fueron impresionantes. Desde su comienzo con el famoso grito de "You wanted the best, you got the best: KISS" hasta el final con mi tema favorito "Detroit Rock City", pasando por locuras como ver a Paul Stanley tirarse en tirolina sobrevolando el público, confesar que su abuelo era checo o ver a Gen Simmons volar en vertical mientras toca el bajo y escupe sangre.


 

El domingo y con la segunda resaca consecutiva llegaba el momento de poner rumbo a Praga desde donde volariamos a Minsk dos dias después, no sin antes ver a Stepan y a mi hijo (el hostal Ruta 80) con su otro padre, Dario. Obviamente una vez en Praga, hubo tiempo también para ver a Joao, Verónica, Presunto, Jompi y compañia que ya viven por esos lares. Incluso entrené una horita corriendo a orillas del Valtava.



Y llegó el momento, Minsk. Capital del pais europeo más hermético y con menos noticias que dar al resto del continente. Siguen viviendo en una dictadura comunista liderada por Lukashenko desde hace 23 años después de su independencia de la antigua Unión Soviética. Un pais donde el capitalismo empieza a entrar aunque de forma muy muy lenta, donde la homosexualidad está considerada una enfermedad mental, único pais europeo sin firmar la Declaración Universal de Derechos Humanos y que la etimología de su nombre viene de La Blanca (´bielo´) Rusia.


Un pais raro, o al menos un sistema social y económico diferente al que estoy acostumbrado. La ciudad de Minsk está meticulosamente limpia, probablemente debido a sus continuas labores de limpieza por jubilados. Sus calles son enormes e infinitas y sus edificios son cuadrados, grises y prominentes, siempre adornados con símbolos del proletariado, la hoz y el martillo, murales a la guerra e incluso banderas de la antigua URSS. Lo más curioso de la ciudad, es que no hay puntos que visitar o ver como en nuestras ciudades occidentales y el ocio, bares y cafés están a la altura de muy pocos autóctonos, dados sus salarios.


 

Pasamos varios dias vagando por la ciudad, y voy a "destacar" el edificio de la antigua KGB (que nos confesaron que sigue activa, pero simplemente con otro nombre), la plaza donde se encuentra el museo nacional, y las estatuas de Lenin y los nombres de sus calles (Karl Max, Proletarios, Pueblo, Stalin...)

 

Puede que haya sido el sitio con la peor gastronomía local en que jamás haya estado ( a niveles muy superiores de Eslovaquia, que también tiene telita) donde hubo que recurrir varios dias al Dominos Pizza. Como anécdota, aquí os presento la "gran" degustación de quesos para dos personas que nos dieron en un pueblo llamado Dudutki:


Si buscais en Tripadvisor o cualquier página de internet os recomendaran ese lugar como de los más interesantes para visitar. Bueno, el sitio consiste en 10-12 casetas de madera con souvenirs (y pocos), una taberna con comida de presos y una fábrica de quesos. La iglesia del exterior es bonita eso si. Aún así no merece la pena llegar hasta allí teniendo tan sólo un bus de vuelta diario, que nos hizo tener que matar varias horas vagando por el campo y sin saber qué hacer.


A simple lectura de mis lineas da la sensación de un viaje horrible. Para nada, a mi me gusta experimentar todos los aspectos de cuantos más sitios mejor. Pero lo más positivo y agradable fue, sorprendentemente, la gente. Digo sorprendentemente por la reputación que ostentan los rusos de poco amistosos y ariscos. Bueno, pues los bielorrusos parecen ser la otra cara de la moneda, siempre con una sonrisa e intentando ayudar en todo lo que podian, aún con el parco inglés de mucha de la gente.


Y.....las chicas! Bufff. No es por infravalorar otras nacionalidades, pero las bielorrusas se llevan mi top 1 (con muchisima ventaja) de mujeres bellas. En proporción y en nivel, en todo. Todas las noches, nuestro sitio estaba en la calle Zybickaya, donde hay una veintena de bares a orillas del rio y donde se pueden ver auténticas maravillas genéticas. A destacar el Spirit Bar, donde ganamos más de una amiga y donde nos echamos unos señores vicios a la Mega Drive. Los Long Islands fueron parte fundamental de nuestras noches también jajaja




Vuelta para Praga, donde pude descansar otra noche y ver a Angelito formalizado ya con su vida checa. El señor Javi también apareció para invitarme a un par de Mohitos de buena mañana.


Otras 24 horas en Brno y avión desde Bratislava de nuevo.
Mi mapita europeo se tiñe alegremente de verde, pero estar atentos, nuevos viajes muy muy pronto...