miércoles, 7 de septiembre de 2022

Road Trip VII: Bern, Gruyeres, Geneva

El cuentakilómetros de la furgo afirmaba que ya eran 3800 km los recorridos desde que salí de Torrevieja y había llegado la hora de llegar a la capital suiza, Bern. La misma problemática con el aparcamiento nos perseguía en el viaje: o parkings super caros, o estacionamientos regulados con tiempo demasiado limitado, por lo que empezamos a jugar con las posibles multas. 

Aparcamos cerca del Parlamento, al cual no pudimos acceder por la necesidad de pedir una cita previa y nos recorrimos toda el casco histórico empedrado. Subimos a un parque situado en una colina donde se puede ver toda la ciudad e incluso sentarse junto a unas estatua del científico Albert Einstein.




Sin haberlo planeado desde un inicio, durante el viaje había ido viendo y encontrándome con amistades del pasado y otra luz se me encendió en Bern. Recordé que mi  amiga letona Alisa, que conocí en Suecia allá por el año 2007, llevaba años viviendo por allí. Al contactarla, e indicarme el estudio de yoga que ella dirige, me di cuenta que estaba justamente en la puerta de dicho edificio. En fin, casualidades del mundo nómada. 


Decidimos vernos en Bärengraben, donde uno de los parques de la ciudad alberga una familia de cuatro osos que pastan libremente por sus jardines. El animal es el símbolo de Bern desde hace siglos.


Aquí con Alisa, tras 15 años sin vernos:

El viaje continuaría dirección sudoeste, donde una vez más no hubo consenso en cuanto al sitio para dormir y yo me quedé en un parking al lado de una granja cerca de Gruyeres y Marcos y Jessica tiraron ya hasta Ginebra. 

No se podía dejar la oportunidad pues, de a la mañana siguiente visitar el pequeño pueblo con uno de los quesos más famosos a nivel mundial. Es una localidad amurallada situada en un pequeño cerro que cuenta con un pequeño castillo medieval y varios negocios relacionados con los quesos. Las vistas y las cuatro calles que tenía merecieron la visita.






Como curiosidad friki también, hay un museo de arte tipo alienígena-sexual-macabro por categorizarlo de alguna manera del artista francés HR Giger, conocido sobre todo por idear las figuras de toda la saga de las películas de Alien. A parte del museo, también hay un bar enfrente con la misma temática totalmente decorado con huesos y calaveras.





El punto y final de Suiza lo pondría en Ginebra, donde volví a quedar con Marcos y Jessica y a destacar la ciudad diría poca cosa, el chorro de agua dentro del lago y un centro histórico muy cuidado al más estilo helvético.

No pudimos resistir la tentación de probar una típica fondú de queso fundido para rematar el viaje. Y con esto terminaba la aventura hasta más contar.


A la vuelta domiría cerca de Montpellier y con la cifra astronómica de 5800 kilómetros y 900 euros de combustible, volvía sano y salvo a casa.

Atención que en pocas semanas, saltamos a otro continente...

martes, 6 de septiembre de 2022

Road Trip VI: Zermatt, Interlaken

Tras la ciudad de Lucerne, estuvimos conduciendo varias horas por el centro del pais dirección sur por unos paisajes de escándalo y unas carreteras serpenteantes entre lagos, montañas y granjas. La granizada que nos cayó en Acquafraggia hacía dias fue la responsable de que el faro trasero de mi furgo pareciera ahora un depósito de agua. Hubo que hacer malabares para desmontar todo el faro e intentar sacar el agua de alguna manera. 



Para no darnos el palizón decidimos descansar a medio camino en el pequeño pueblo de Brigerbad, donde Marcos y Jessica dormirían en un camping, mientras yo lo haría a pocos metros en un pequeño bosque lleno de pinos.


Uno de los puntos más esperados del viaje era ver el archiconocido pico del Matterhorn (o Cervino en italiano), presente en las cajas del chocolate Toblerone. Para ello, nos desplazamos al pueblo de Täsch, donde dejamos los coches y cogimos un taxi que, en apenas 10 minutos nos dejaba en la localidad de Zermatt. El pequeño pueblo es el sueño de todo montañero: cientos de tiendas de equipamiento, cafeterias para beber tu té caliente, y un empedrado de calles en un paisaje de pelicula. Desde muchas calles de la ciudad se puede ver el famoso pico, siempre y cuando te pille un dia despejado de nubes, que desgraciadamente para nosotros, eso no ocurrió y solo veíamos una gran masa blanca encima de la montaña.





Hicimos tiempo paseando por el pueblo sin tener mucha suerte en cuanto a las nubes se refiere. Hay varias opciones para subir al pico o para hacer rutas de senderismo por infinidad de caminos. Nosotros decidimos coger el funicular hasta la estación de Furi y hacer una ruta circular desde allí que nos llevaría apenas 1 hora y media. El tiempo era agradable pero la dichosa nube no quería dejarnos ver la gran cima, por lo que tuvimos que abandonar la idea y seguir nuestro camino.
Una de las cosas que más me llamo de la ciudad fue la cantidad de cementerios con escaladores que habían fallecido intentando alcanzar la cima.




Volveríamos a los coches para llegar a un pueblo llamado Innertkirchen donde dormiríamos en un camping en medio del pueblo, que hablando con la señora con lo tarde que era y lo poco que ibamos a estar, al final nos lo dejo por cuatro duros. Un vendaval de nuevo azotó la furgoneta por la noche, pero sigo diciendo que se duerme mucho mejor con el sonido del peligro.



Nuestra siguiente parada sería el pueblo de Interlaken, que como su porpio nombre indica es un asentamiento entre dos lagos. Visitamos la ciudad, que en mi opinión tiene poco que ver, a excepción de un Casino y varios canales y puentes. Comimos en el famoso Hooters, vetado por España hace unos cuantos años por los indecentes uniformes de sus camareras según nuestras instituciones. En las montañas de Interlaken existen unos senderos justo en la cresta donde se pueden observar los lagos y el paisaje por ambos lados de la cornisa, pero una vez más, si el tiempo lo permite.




Estaba despejado en un principio por lo que empezamos una caminata hacia arriba de más de 2 horas hasta la cumbre de Harder Kulm, pero el destino quiso que otro tormentón de buenas proporciones nos arruinara cualquier tipo de vista. A decir verdad, Marcos y Jessica desistieron a mitad de camino (la salud de Marcos aún no era la mejor), pero yo me empeñé en seguir a pesar de la lluvia intensa y llegué con extenuación pero muy feliz de mi logro.



El viaje continuaría hacia la capital del pais, pero dejémoslo para  el último post del viaje.