miércoles, 31 de julio de 2013

Norway II: Bergen, Flåm

La búsqueda de alojamiento al llegar a Bergen, era nuestra máxima prioridad y no fue del todo sencillo, acabando en un hostal a orillas del mercado del pescado tras 2 o 3 intentos fallidos en sitios con 100% de ocupación. Bergen es la segunda ciudad más grande y poblada del pais vikingo, y en mi opinión la más bonita sin lugar a duda.
Los peajes, la gasolina, las pizzas de 100 euros y gastos variados pesaban en nuestras conciencias, asi que a la llegada a la ciudad tuvimos que sacar nuestro ingenio español para aparcar el coche sin dejarnos el monedero en parquímetros. Gracias a un par de consejos en el mercado del pescado, nos indicaron que a partir de la segunda parada del funicular, había un par de calles con parking libre. Tras cuestas empinadas e intentos de comprender las señales de tráfico, dimos con ello y nos olvidamos del coche por 2 dias :)
Esa misma noche nos dimos una vuelta por el paseo marítimo y tuvimos nuestra primera toma de contacto con el salmón y la carne de ballena.
El dia siguiente, una mala noticia me daba la bienvenida desde por la mañana: me habían clonado la tarjeta de crédito, y algún bastardo se lo estaba pasando de maravilla en Malasya :( En poco menos de dos dias me habían sustraido casi todos mis ahorros checos, pero está todo casi subsanado, asi que....no worries.
Sin que la llamada del banco nos frustrara de todo el dia, aprovechamos para patearnos y exlplorar muchos de los rincones de Bergen, con sus pequeñas calles empedradas y sus casas de madera inclinadas a todo color.



Un punto de vista un poco más alto no podiamos desperdiciar, subiendo al funicular y disfrutando de toda la ciudad a nuestros pies. El viaje de subida fue amenizado por una Bachellor Party de la facultad de música consistiendo en un rubio muy alto dandonos la vara con sus canciones favoritas a capella a cada minuto.


A la salida de un supermercado, dimos con un español, que debía de haber consumido alguna sustancia extraña o que era nervioso por naturaleza, porque nos dio un espectáculo de magia (no sé si en un principio hubo intento de trilero incluso) durante una media hora. Nos dio un par de consejos de donde comer el mejor salmón la zona y nos contó un poco como era la vida de un español en Escandinavia.


Esa noche incluso nos permitimos el lujo de comprar una cerveza en el supermercado para acompañar la cena en la terracita del hostal.

Para continuar el viaje nos dirijimos hacia Flåm el dia posterior, pequeño pueblo conocido por su tren que recorre el fiordo y su puerto, parada de mucho de los cruceros. En el camino hacia nuestro destino, nos topamos con los famosas lenguas de trol, que son unas carreteras estrechas y zigzageantes que suben y bajan el fiordo. Nos quedamos en un camping al otro lado del tunel de Flåm, en una zona llamada Gudvangen. Las vistas que teniamos y donde nos echamos incluso una pachanguita de fútbol eran espectaculares:



Visitamos el puerto y las 3 contadas calles que tiene Flåm y visitamos el museo de ferrocarril:



Alguna cascada de pasada también nos encontramos :)


Muy cerca de nuestro camping en pocos dias se organizaría el Viking Market, consistiendo en un asentamiento de unas 200 familias vikingas (reales) de todos los rincones del planeta. Fuimos a verlo, pero aún no estaba apenas montado, y solo pudimos ver un par de chozas y 5 o 6 personajes tipo Asterix haciendo fuego y cosiendo lana de oveja.  

Aconsejados por la dueña del camping, fuimos a otra punta del fiordo en busca de un hombre local que alquilaba canoas para poder remar en esas aguas tan frias. No hubo suerte, porque las canoas estaban ya alquiladas para esa tarde, y decidimos volver al camping donde disfrutamos una vez mas de las vistas, un heladito y unas últimas patadas al balón.

El Sábado nos despertamos pronto y continuamos la carretera, esta vez hacia Aurland, donde pudimos ver este curioso mirador:



Pasamos la mañana en un histórico pueblo llamado  Lærdal, comiendo algo de embutido, disfrutando de los reflejos del agua y las casa de colores escandinavas y pensando por qué carretera continuar.



Por el camino dimos de nuevo con otra maravillosa iglesia vikinga, esta llamada Borgund.



Y de momento disfrutar de un genio al teclado, mientras preparo el final del viaje en un último post...

jueves, 25 de julio de 2013

Norway I: Preikestolen, Bondhusvatnet

¿Preparados para leer el viaje noruego?
Pues bien, llegada al aeropuerto de Moss Rygge a casi una hora de Oslo y por la noche. Sin contratiempo alguno, encontré el apartamento donde Marcos, Juan, Fer y Alicia llevaban horas y fue llegar y practicamente ir a dormir.
El dia siguiente temprano por la mañana nos dirigimos a por el coche que alquilaríamos, sorprendiéndome Oslo con una sensación de inseguridad por todas partes, gente alcoholizada y cantidad de inmigración subsahariana intentando entablar falsas conversaciones para dudosos fines.
Tuvimos algún que otro problema para llegar a la compañia de alquiler dadas las obras que cortaban varias lineas de metro y buses, pero después de 2 o 3 fallos, finalmente lo encontramos. Casualmente no tenian el Skoda Octavia que habiamos reservado por internet, pero nos dieron por el mismo precio un Mercedes automático con ordenador de a bordo.
Nuestra idea era llegar lo más cercano a Stavanger ese dia, pero sin meternos un señor palizón de conducción. Primera parada fue en el propio camino de la carretera E-134, una de las iglesias vikingas que quedan por el pais. Con todos ustedes, la iglesia Heddal Stave, toda una antigua maravilla:




Las fuerzas flaqueaban, y la llegada a Stavanger ese primer dia la veiamos cada vez más inalcanzable por lo que decidimos parar a pasar la noche por el camino, exactamente en un pequeño pueblo llamado Valle. Y fue aquí donde empezamos a notar el cambio horario de los paises del norte y las horas interminables de luz del verano noruego. Casi todo cerrado a partir de las 5 o 6 de la tarde y dificil accesso a comida o entretenimiento. Nos acomodamos en una cabañita acojedora en un camping cerca de la carretera nacional. No pudimos encontrar nada abierto, a excepción de una pizzeria donde nos darían el primero de los muchos palos económicos del viaje. La cuenta de 2 pizzas, 4 coca-colas y 1 cerveza se acercó bastante a la escandalosa cifra de los 100 euritos. Damas y caballeros, Noruega es carisimo y nuestros bolsillos lo iban a poder comprobar.



El dia posterior sería uno de los momentos cumbres del viaje, la ascensión a la roca del púlpito o Preikestolen. Algo menos de 2 horas de subida, un gran descanso y muchas fotos en el gran abismo y el mismo tiempo para la bajada.









Para amenizar un poco la complicada pendiente, una foto ya típica que representa la conexión con la naturaleza, jajajaja

Después de la cansada mañana, decidimos poner rumbo al norte, suprimiendo del plan la ciudad de Stavanger. Cuando no pudimos más, tras haber atravesado varios ferrys y comido algo de embutido ibérico que cada uno se trajo para economizar el viaje, decidimos parar en una isla en medio camino entre Stavanger y Bergen, esta última ciudad siendo uno de nuestros objetivos principales. Dormimos en cabañas en otro camping, esta vez en 3 más pequeñas pero a un precio razonable. Cenamos una pasta cocinada por nosotros a orillas del fiordo y descansamos para continuar el viaje.

Aconsejados por el dueño del camping, decidimos continuar el viaje hacia Bergen por el camino más largo pero más entretenido, bordeando el fiordo y pasando por pueblecillos de pescadores con su encanto.
Nos encontramos con varias cascadas por el camino y algunas las tuvimos que buscar cerca de un pueblo llamado Rosendal.







La mañana fue entretenida por un pequeño incidente con unas vacas y cabras que  nos impedian el paso por uno de los senderos. Marcos llegó incluso a sacrificar la cámara de fotos en su desesperada huida para evitar una embestida violenta por parte de una de las cabras. Todo quedó en una pequeña anécdota cuando una pareja noruega de ancianos nos abrieron paso entre los animales como en tiempos bíblicos.


Comimos de nuevo sandwiches de embutido y nos desplazamos algo más al norte donde hicimos otra pequeña ruta a pie. Esta vez algo menos de 1 hora para ver la desembocadura de un Glaciar en Bondhusvatnet, que en mi opinión fue sin duda uno de los paisajes más bonitos de todo el recorrido.




Tras el dia de senderismo llegamos finalmente a la ciudad de Bergen, pero dejemos el resto de la aventura para el próximo post. Entre tanto, disfrutar de un poco de Hawk Nelson...