martes, 27 de diciembre de 2016

Malaysia: Taman Negara, Kuala Lumpur

Después de la toma de contacto con el pais, era hora de aventurarse en una zona algo más salvaje al norte de la península, la selva tropical más antigua del mundo, Taman Negara. Aviso para futuros intrépidos, uso de repelente de mosquitos obligatorio al menos 3 o 4 veces al dia, dado el riesgo algo más elevado de malaria y dengue por la zona.


Bueno, pues la jungla en cuestión parece ser que tiene 150 millones de años y cuenta con una variedad de fauna y flora dificil de ver en cualquier otra parte del planeta. Tras 4 horas de autobús y 3 horas de barca llegariamos a Kuala Tahan, el pequeño pueblo al comienzo de la selva. Yo suelo ser reacio a packs predeterminados y excursiones organizadas, pero esta vez nos salió, a mi criterio, muy bien de precio y bastante personalizado (ayudó también que fuera temporada baja por supuesto).


Al llegar, el monzón nos sorprendió de lleno y aún quedando escasos 2 minutos antes de llegar al complejo hotelero, no nos dio tregua y acabamos chorreando agua hasta por las orejas. Esa misma noche, nos tocaría paseo nocturno con guia y linternas por la citada selva. A decir verdad no vimos gran cosa, alguna araña que otra, muchos lagartos y salamandras, ratones y escorpiones que brillaban en la oscuridad. Según contaron, aún quedan unos 500 elefantes salvajes, una decena de rinocerontes, monos, ciervos y algún tigre que otro.


Tras descansar la primera noche, la mañana siguiente la dedicamos a un trekking de unas 3 horas por la selva y una vuelta por el area de Canopis más larga de todo el mundo. Los canopis son puentes colgantes de árbol en árbol y sujetos por lianas, que en este caso llegaban hasta los 40 metros de altura.



 Nos dieron una pequeña vuelta con unas barcas a motor de popa larga pasando por los rápidos del rio y aún nos quedaría una aventura más para ese dia. En teoria nos llevarían en 4x4 a Orang Village, una aldea étnica de gente que vive aún en cabañas de bambú y caza con cerbatanas, pero el tema se nos complicó porque había un árbol caido en medio del camino y bloqueaba el paso para el 4x4. Nuestro guia y el conductor intentaron por todos los medios pasar pero el espacio era demasiado pequeño y abortamos misión. Les supo algo mal dejarnos sin la aldea por lo que nos llevaron a un pequeño asentamiento algo más próximo pero que por lo visto no era tan original como el anterior y seguimos la ruta literalmente por medio de la selva sin seguir el camino (literalmente el 4x4 iba por medio de los arboles, por encima de arbustos...). Hubo 3 o 4 veces que nos atascamos en el barro y hubo que empujar, pero a la quinta que pasó eso, no hubo manera de sacar el vehículo del lodo. A todo esto mis zapatillas, calcetines y piernas estaban cubiertas de barro por completo. El guia empezó a ponerse algo nervioso por que la semana anterior habían visto un tigre por la zona, y con el anochecer eso no pintaba muy bien. Decidimos pues empezar a andar en busca de la carretera más próxima y por suerte sólo estuvo a 1 hora de camino. Tras ello, un coche nos recogió de vuelta al pueblo y dormir fue muy satisfactorio esa noche.

 

Ya era suficiente salvajismo por el momento, y el dia después volvimos a la ya conocida capital KL. Pero esta vez tiramos del primer Airbnb que he probado (gracias a la recomendación de mis amigos de Aventuras con Mochila ) en el complejo Regalia. Ojo al dato! 2 noches para 4 personas  a 60€ que fue rebajado a 50€ dado que el baño no estaba fregado en condiciones cuando llegamos :)
Gimnasio, lavanderia, sauna eran muchas de las facilidades gratuitas que teniamos en estos dias de lujo económico. Pero la joya de la corona se la lleva la Infinity pool que teniamos en el ático.

 
 
 

Dos dias en los cuales solo nos movimos del complejo para comer o cenar algo en el centro comercial más próximo.
Y con esto señores, mi corto recorrido por Malaysia llegaría a su fin, porque el año pasado me quedé con las ganas de seguir explorando Vietnam, asi que, vuelo Kuala Lumpur - Dan Nang y tirando millas!! Aventuras por Vietnam en el siguiente post...


martes, 20 de diciembre de 2016

Singapore, Malacca, Kuala Lumpur

Si. De nuevo Asia me atrapó con sus encantos y sus peculiares formas de entender la vida. Un mes y medio dandome un paseo por Singapur, Malasia, Vietnam y Camboya que contaré en los siguientes posts, que espero terminar antes de que acaben las fiestas.
A principios de noviembre aterrizaría en Singapur, donde  me recuperaría del jetlag con un coleguita que conocí en Bosnia el verano pasado y que me invitaría a dar una vuelta por la lujosa ciudad en su BMW descapotable y cenar mi primera Noodle Soup de la temporada.


Poco más que contar del microestado asiático ya que el dia siguiente, sin mucha más demora, cogería un bus con destino Malacca, Malaysia. La ciudad en cuestión fue una antigua colonia inglesa, holandesa y portuguesa, y esa mezcla la ha hecho poseer un encanto peculiar.

Fueron dos dias de pasear por la Jonker Street y el mercado nocturno. Empezaron las primeras amistades del viaje, con dos chicas alemanas con las que coincidí en el bus desde Singapur, con un chico marroqui-italiano y una chilena-inglesa. A parte de hincharnos a comer mis primeras degustaciones asiáticas y algún pasteis di nata portugués que otro, pasamos mucho tiempo en el hostal viendo a Russel Peters, ya que el monzón de vez en cuando pegaba fuerte.


Tras dos dias en Malacca (o Melaka) fue momento de seguir rumbo norte hacia la capital del pais, Kuala Lumpur (o también conocida por KL). Las dos alemanas decidieron seguir mis planes e incluso el alojamiento, por lo que fuimos juntos hacia allá. Teníamos decidido explorar la selva de Taman Negara más tarde, y la chica chilena, Steffani, también se uniría un par de dias después.

Lo primero que hicimos nada más llegar a la ciudad y dejar las mochilas en el hostal, fue caminar desde China Town hasta las majestuosas Torres Petronas. Las vimos desde fuera, nos hicimos cientos de fotos y terminamos la tarde con una cerveza en el Helli Bar, un helipuerto cercano al complejo de las torres que al anochecer se convierte en un bar con vistas espectaculares.






No podía faltar tampoco una excursión al norte de la ciudad donde se encuentran las famosas Batu Caves, con la comodidad de tener conexión directa via metro. Después de esquivar la infinidad de monos de los alrededores vimos la empinada y larga escalera que conducía a las cuevas. Una pena sin embargo no poder ver bien el Budah dorado de la entrada, por estar en obras de mantenimiento.




Un curioso templo se alza dentro de la gran cueva, que abierta en su parte superior deja ver una vegetación y unas vistas increibles. A medio camino de las escaleras también está la Dark Cave, la cual no entramos por vagueza, por falta de dinero y cansancio.

A la vuelta al centro de la ciudad y con la llegada programada de Steffani, empezamos a mirar excursiones a la selva tropical de Taman Negara, un poco más al noreste de la península. Fue una pena no poder pillar el pack donde entraba dormir una noche en una de las cuevas, porque nos dieron varias escusas sin saber muy bien al final si ciertas o no. Nos dijeron que habían visto tigres cerca, que por la lluvia era peligroso o directamente que la empresa ya no hacía esa excursión. El caso es que eso no nos detendría para hacer otra variante de dos noches por allí, pero que ya contaré en el siguiente post.