domingo, 13 de mayo de 2018

The Philippines: El Nido, Port Barton

Llevaba años leyendo y escuchando sobre un pueblo pesquero en Filipinas llamado El Nido que era sinónimo de paraiso, espectacularidad o belleza indescriptible. Pues allí estaba yo, llegando en furgoneta con mi amigo Tobi.

El pueblo en sí, defraudo mis expectativas, dado que era el típico sitio plagado de turistas y precios parecidos a occidente. Aún así, la maravilla del sitio, según la gente decía, radicaba en los famosos tours en barco por las islas cercanas. Después de acomodarnos en el primer hostal libre que encontramos (estaba lleno en casi todos los sitios, por lo que fue una búsqueda lenta), intentamos llegar a un acuerdo con alguna de las agencias para hacer la aventura de 3 o 5 noches por las islas hasta llegar a Coron, pero no hubo éxito por exceso de precio o falta de disponibilidad. Decidimos dejarlo para los siguientes dias y salir de fiesta por el Pukka Bar.

El dia siguiente nos sorprendió con una mala noticia al haber alerta de ciclón por la zona y quedar canceladas todas las excursiones hasta nuevo aviso. En tierra firme, exceptuando algo de viento y algunas gotas de lluvia no se notó gran cosa, pero en mar abierto parece ser que la cosa no era ninguna broma. Si en un pais donde la seguridad no es una prioridad, cancelan las actividades, es motivo más que suficiente para no tomarselo a broma. El mapa en Google pintaba de esta forma:


Alquilando una moto de dudosa procedencia y estado mecánico nos dirijimos a la playa de Nacpan que se encontraba a una hora. Una playa enorme de arena fina que estaba colonizada por chinos, dado que la celebración de su nuevo año estaba dando lugar.


Otra noche más en Pukka, y otro dia sin podernos mover. La tormenta seguía teniendo en alerta a las autoridades filipinas.


La tercera noche debió de ser algo memorable (de lo poco que me acuerdo) porque el dia siguiente tuve a varias personas saludándome por las calles y por el hostal a los que aparentemente había conocido en Pukka. El cuarto dia, Tobi y yo encontramos un pequeño hostal (después de haber estado en otros dos) llamado Big Mike donde acabaríamos por fin asentándonos y rezar para que el periodo de autodestrucción fiestera y la tormenta llegara a su fin y pudieramos descubrir los grandes acantilados de El Nido. Allí también conocimos a un grupillo muy majo de gente con la que compartimos muy buenos momentos: Miguelito, Salomé, Peña, Benjamin y Vinka. Atención al descubrimiento de esta última chica (chilena ella), quien había estado alojada en mi querido hostal Ruta 80 de Brno hacía tan solo unos meses y había estado de fiesta con Dario y compañia. Que mundo más pequeño señores!!! :)

Tobi y yo decidimos pasar la tarde en unas cascadas que habia 1 hora hacia el sur en triciclomotor. Transporte que aún no he explicado, pero que es del mismo royo que los tuk tuks pero evidentemente con tres ruedas siendo así el más característico de toda Filipinas. Las Kuyawyan Waterfalls eran realmente tres. Había que andar por la selva con un guía local para ir encontrando el camino que te llevara a las cascadas. Tobi llegó hasta el final, pero yo por mi parte, me quedé en la segunda, disfrutando de un baño frio y recuperándome aún de las consecutivas resacas que acumulaba de las noches previas.

El quinto dia en el Nido el cielo seguía nublado pero la alerta había terminado en algunas zonas y fue el momento de hacer el Tour A. A todo esto, nuestro proyecto de ir hasta Coron quedaba finalmente descartado por mi falta de tiempo, ya que volvía a volar desde Princesa en una semana aproximadamente. El dia pasó por increibles parajes a bordo de una pequeña barca pesquera pudiendo ver el Big Lagoon, el Small Lagoon, Simuzu Island, Secret Lagoon, 7 Comandos Beach e incluso hacer un par de horas de Kayak en medio de los impresionantes acantilados.



Sinceramente las fotos no evocan el 100% de la majestuosidad del lugar, pero os dejan una ligera idea.

Aquella noche tras el tour, aún tuvimos fuerzas para acercarnos a Lio Beach, donde en uno de los resorts se celebraba con fuegos artificiales el Año Nuevo Chino, y cayeron varias San Miguel en una mini-rave a orillas del mar.


Al dia siguiente, Tobi ya no aguantaba más en El Nido y decidió volar a Cebú. Yo no tendría tiempo material para moverme mucho de esa isla, por lo que decidí quedarme unos dias más. No era realmente una despedida, ya que nos veríamos a las pocas semanas en otra isla de otro pais asiático que poco a poco iré revelando. Era la hora de explorar por tanto la famosa playa de Las Cabañas, que sin ninguna duda fue mi preferida de la zona. Pasé el dia con tres argentinas muy majas que había conocido en un choque fortuito de kayak el dia anterior y pude disfrutar de una puesta de sol de ensueño. Dos chicas húngaras me reconocieron también, parece ser de alguna de las noches en Pukka y me propusieron hacer un tour privado con ellas si encontrábamos a alguien más, pero tras varios intentos fallidos solo pudimos quedar para el dia siguiente y apuntarnos a otro de los tours.


Esta vez fue el tour C, al que a parte de las húngaras Orsi y Dana, se unió la chilena Vinka y unos 30 turistas más. Puede que este tour fuera ligeramente menos bonito (es complicado explicar esto ya que comparar bellezas a este nivel es una cosa de locos) pero el tiempo ya respetaba del todo después de la gran tormenta y el cielo lucía impresionantemente azul.








Tras 1 semana, llegaba el momento de dejar El Nido. Realmente en el norte de Palawan, junto con Port Barton, son los dos únicos sitios que merecen la pena, por lo que volví al pequeño pueblo, esta vez acompañado de dos nuevos viajeros, Eleana y Steve, y junto a Vinka volvería a coincidir con Miguelito y las húngaras.


Parece ser que este newyorkino Steve es un famoso youtuber. Echarle un ojo al video que hizo mientras coincidíamos:


Volvíamos a no tener wifi ni electricidad, cosa que por otra parte, me encanta ;) A destacar un checo de unos 45 años que me encontré por el hostal que había recorrido 140 paises, un puto adicto a las mochilas y al mundo. Vaya crack! 

Tres dias más en Port Barton que dieron para relajarse en la playa, probar las deliciosas pizzas y paellas locales y visitar la White Beach que está a 1 hora y media andando por la selva pero que merece la pena visitar.


Corta estancia en Filipinas (pais al que volveré 100% seguro) que abría el apetito de playa y sol asiáticos para mi siguiente destino que era... 

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