lunes, 11 de marzo de 2019

USA: Colorado Canyon, Route 66

Tras la ligera resaca de la nochevieja en Vegas, partimos en dirección Este pasando por varios puntos de interés. Vimos la famosa presa Huber que aparece en peliculas como Superman o Soldado Universal, aunque no paramos practicamente nada de tiempo en ella y a su vez dejabamos el estado de Nevada para entrar en Arizona.

Seguimos el viaje hasta llegar a un pueblo muy pintoresco llamado Chloride, donde aún se pueden ver parte de las edificaciones originales del Lejano Oeste. Aunque en parte ya está muy orientado al turismo, las pocas decenas de habitantes del poblado aún tienen el honor de contemplar la antigua cárcel, el antiguo Saloon, la escuela y una serie de rocas pintadas por un artista de dudosa calidad en la colina. La mujer de la oficina de turismo nos informó muy amablemente y nos hicimos las fotos de rigor.


 

Continuamos con intención de llegar al Cañón del Colorado, pero se nos hacía tarde y el frio y la nieve hizo aparición por lo que dificultó un poco nuestra velocidad, por lo que preferimos pasar la noche en un pueblo de encanto muy nevado pero muy acogedor llamado Williams y donde, por primera vez, nos cruzaríamos con la famosa Ruta 66.

 

La temperatura era de unos 10 grados bajo cero pero la sensación térmica era aún más baja. Paseamos lo poco que nos dejaba el hielo por el pueblo y visitamos varios restaurantes muy peculiares. Por la mañana hicimos incluso una visita a la comisaría del pueblo, donde muy empáticamente nos explicaron como funcionaba el sistema policial del estado de Arizona.


Y sin más dilación, fuimos a ver uno de los paisajes más espectaculares que la naturaleza puede ofrecer, el Gran Cañón del Colorado. Inicialmente habíamos pensado hacer la Hermits Rest Route hacia el oeste pero estaba cerrada por el temporal de nieve, por lo que no tuvimos más remedio que hacer la Village Route, que se puede hacer a partes andando y otras con un shuttle bus que va haciendo las paradas de rigor. El Cañón es una garganta de cientos de kilómetros de longitud de mucha elevación provocada por la erosión que el rio Colorado ha ido haciendo durante millones de años. Simplemente magnífico.

 




Tras la visita al cañón, empezaríamos nuestro regreso de vuelta a la costa, esta vez por la famosa Ruta 66, visitando pueblos, asentamientos y restaurantes de lo más curioso. Hicimos parada en Seligman, Peach Springs, Hackberry y Kingman.

 
 

 
 

Por último y cuando la noche empezaba a asomar, nos adentramos en una pequeña cordillera con una carretera llena de curvas y muy estrecha para llegar a un sitio muy auténtico, Oatman, un pequeño pueblo que ha mantenido intacta su arquitectura y distribución de la época del salvaje oeste tan conocido por las películas. Es un pueblo donde hay burros salvajes y un curioso hotel, que ya no funciona, pero que sirvió de alojamiento en la noche de bodas a los protagonistas de "Lo que el viento se llevó". Llegamos tarde y el pueblo estaba apagado y con pocas opciones, a excepción de un pequeño bar, donde la camarera estaba recogiendo también para cerrar. Entramos a por un par de botellas de agua y entablar conversación con ella para recibir información sobre este sitio tan especial, y adicionalmente nos recomendó un resort Casino a pocos kilómetros a orillas del rio Colorado en una población llamada Mojave City para pasar la noche. Tengo solo una foto oscura de Oatman y otras dos que he sacado de internet.



Dicho y hecho. Llegamos a dicho resort, donde una vez más se confirmaba la idea de que eran los sitios más baratos donde alojarse. Jugamos un poco a la ruleta con la técnica de ir doblando a las docenas y con mucha paciencia ganamos el dinero que nos había costado la noche.


Seguiríamos la ruta cambiando de idea una vez más y en vez de ir a Los Ángeles como estaba previsto, nos desplazamos un poco más al sur, lo cual contaré en el siguiente post.