lunes, 11 de octubre de 2021

Van life

Sin duda alguna este ha sido el parón más grande desde que empecé el blog allá por el año 2008. Aunque también hay que reconocer que mantener una continuidad y persistencia en algo parecido a un diario, es complicado y altamente inestable. Aún así, retomaré la escritura y los viajes tras este parón que un maldito virus nos ha dado a la gran mayoría del mundo.
Al hilo del virus, restricciones y demás, en España se creó un pánico generalizado (e infundado) a la movilidad, que ha sido bastante frustrante para un culo inquieto como el mio. Las salidas al extranjero se complicaban o directamente se suprimian, por lo que decidí optar por el turismo nacional de momento. Que forma mejor de hacerlo que en una casa portatil que he adquirido. Si señores, uno de los sueños de mi vida era tener una furgoneta con la que perderme por toda la geografía, y se ha materializado.
Todo empezó probándola (ya que era de mi primo Borja) por la sierra madrileña en una carrera de trail que finalmente se anuló y que decidí hacer por mi cuenta. Me casqué 17km por los alrededores de Rascafria después de haber dormido mi primera noche en ella y decidí que la tenía que comprar.




Tras comprarla, la ya bautizada como Minerva (en honor a mi añorada residencia sueca), ha sufrido mis impulsos viajeros nacionales llevándola por la Sierra de Jaén, Úbeda, Málaga, Ronda, Setenil de las Bodegas, Benalmádena, la Sierra de Madrid, Torrevieja y los pueblos de Ávila.












A principios de Julio hice un viaje algo más largo para conquistar mi pais número 56 (o 57, ya no estoy ni seguro) pero que contaré en mi próximo post, que esta vez si que será en breves.