viernes, 3 de noviembre de 2023

Georgia III: Chiatura, Tskaltubo

Bordeando toda la parte militarizada de Osetia del Sur, nos dirigimos de nuevo rumbo a Kutaisi, pero haciendo varias paradas en el camino. Camino que sería de 10 horas de conducción.
Dimos con uno de los sitios más bizarros y extraños que he tenido la oportunidad de visitar, la población de Chiatura. Se trata de una ciudad minera semiabandonada llena de telesféricos, donde las mega fábricas soviéticas, los edificios colmena comunistas, el óxido de las estructuras y la distribución de sus calles, hacen un sitio dificil a la indiferencia y no apto para toda clase de turistas.





Tiene un mirador en lo alto de uno de los cable cars, donde hay un sanatorio en forma de anfiteatro abandonado y una noria para niños con sentido de la ubicación un tanto peculiar.



Seguimos el camino y aunque nos pillaba casi anocheciendo pudimos ver la famosa Katskhi Column, que se trata de un pequeño monasterio en la cima de un elevado monolito de piedra natural:


Tras la llegada a Kutaisi nuevamente, saldríamos un rato de fiesta para que Jompi y Matteo practicamente empalmaran con su regreso a República Checa. A nosotros sin embargo nos quedaría otro dia entero más para poder aprovechar.

Decidimos pues poner rumbo a uno de los suburbios de la ciudad, años atrás un lugar lleno de glamour y de turismo de spa, el área de Tskaltubo. Tras la disolución de la Unión Soviética, la zona se abandonó como muchas otras y muchos de sus sanatorios dan ahora cobijo a una comunidad grande de refugiados abjasos.




Alguno de sus sanatorios (más conocidos en español como spas o balnearios) siguen funcionando como el "Be Healthy nº2" donde disfrutamos de una hora de baños termales.


El resto de la visita consistiría en el denominado ya turismo de catástrofe que tanto nos atrae, visitando las edificaciones abandonadas, entre ellas los Sanatoriums de Medea, Metalurgist, Geologi, Imereti y Savane Hotel.









La última tarde la pasamos pateando el barrio judio de Kutaisi y visitando su Sinagoga.

Era hora de decir adiós a una región más que interesante del Cáucaso, para poner los pies en Centro Europa de nuevo tras 22 horas excasas en Madrid, pero que ya contaré en el próximo post.


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