domingo, 14 de febrero de 2016

Vietnam: Cat Ba, Hanoi, Ho Chi Minh

Después del cansado viaje nocturno en el pasillo de aquel autobús, llegaríamos a la ciudad costera de Hai Phong, donde cogeríamos directamente el ferry más tempranero para llegar a la isla de Cat Ba. Aviso navegantes: El archipiélago de Ha Long Bay está compuesto por cientos de islas y el recorrido es muy conocido desde la población de Ha Long. Pues bien, Ha Long, se ha convertido en un resort turístico donde los precios y el ambiente ya no se asemeja a la realidad vietnamita de acuerdo con los consejos previos de viajeros o búsquedas por internet. Por esa razón, decidimos ir a la isla de Cat Ba, que aún siendo turística, está mucho menos masificada y con la ventaja de estar residiendo en el propio archipiélago.


Lo primero que hice al llegar a la isla, fue llamar a Valeria. Esta vez sin encuentro fortuito, ambos sabiamos que coincidíamos en fechas y lugar, pasando los siguientes tres dias juntos de nuevo. Por otro lado, Daniel y Martina, se encargaron de encontrar un hotel con vistas a la bahia y alquilar unas motocicletas a un tal Mr. Mao, con las cuales nos recorrimos parte de la isla, visitando un hospital antiguo construido en las rocas y un par de miradores en las colinas del parque natural.



Pisamos y disfrutamos de la playa tras más de un mes sin ver el mar (desde Koh Phangan) y contemplé, una vez más, un atardecer brutal.


Una siesta más que merecida, planeada para una hora, nos truncó la tarde convirtiéndose en 6 horas. Daniel y yo nos despertamos a media noche, fuimos a ver El Clásico a un bar (si si, el 0-4 en el Bernabeu) y tras un mohito y dos goles nos retiramos a seguir descansando.

El siguiente dia conseguimos que un pescador nos diera una vuelta de 6 horas por todo Ha Long Bay, donde vimos la majestuosidad de las islas, divirtiéndonos con los locales en los pueblos flotantes, saltando en las oscuras aguas e incluso intentando pescar algo (digo intentar, porque Martina y Daniel lo consiguieron, al contrario que yo).

 
 
 
 

Por la noche, a parte de un masaje espontáneo e increible de cabeza, bebimos incontables mohitos con Valeria y un grupo ingles-americo-canado-sudafricano. Convencí incluso a dos de ellos para que continuaran su viaje al norte e hicieran la ruta en moto de Ha Giang (a posteriori, de hecho, me lo han agradecido varias veces)



El dia siguiente, Daniel y Martina se irian hacia Hanoi pronto por la mañana. Yo decidí quedarme a disfrutar algo más de la playa con Valeria y el resto.

No obstante, por la tarde cogería un autobús, un ferry y dos autobuses más con destino Hanoi en compañia del chico canadiense y la chica sudafricana. Me despedia asi, de Valeria, con la que he tenido la oportunidad de viajar durante más de 1 mes, gracias. Y me reuniría de nuevo con Daniel y Martina en la capital vietnamita, donde solo hubo tiempo de cenar y pasear un poco por la concurrida y estresante ciudad. 

Dormimos en un apartahotel a pocos metros del aeropuerto, dado que al dia siguiente volaríamos pronto: Daniel y Martina hacia Da Lat, y yo hacia Ho Chi Minh, la ciudad algo más capitalista del sur del pais.

La llegada a Ho Chi Minh fue rápida y sin complicaciones, conociendo también a una pareja muy simpática española-finlandesa con la que me reuniría esa misma noche. Katy, la chica húngara parte de la Big Family, con la que llevaba en contacto varios dias, se encontraba también allí, tras haberse recorrido de norte a sur el pais en moto, e hizo lo propio, reservándome una cama en el hostal en que se encontraba. Comimos juntos y acabamos en la Bitexco Financial Tower tomando cerveza en el café del piso 52. Nos ofrecieron incluso una degustación de cocktail para dar nuestra opinión y sin pagar un duro. Esperamos a que vinieran Vanessa y Patrick, asistiendo en paralelo a un pequeño concierto en dicho bar y cenamos por las calles de Ho Chi Minh acompañándolo de más cerveza.


El dia siguiente expiraba mi permiso en el pais, por lo que era hora de abandonarlo, no si ello visitar por la mañana el Museo de la Guerra del Vietnam, la Catedral de Notre Damm y despedirme de nuevo de Katy. Tuve el honor de asistir a una clase universitaria de dibujo al aire libre y participe en ella, plasmando mi visión de la catedral en mi cuaderno de notas.

Orgulloso también de como sobrevivir con 11 dólares estos últimos 3 dias (para no tener que cambiar o sacar más dongs) y en el siguiente post os contaré como sobrevivir con 60 dólares un par de dias en Singapur.

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