miércoles, 2 de marzo de 2011

Bruselas

Tras pasar unos dias por territorio conocido, era hora de descubrir nuevos horizontes conquistando un pais nuevo para mi, Bélgica.
Ya me habían comentado algo sobre la abundante inmigración antes de ir, pero cuando llegamos allí entré en estado de shock. Creí que en España teniamos bastante, pero lo de Bruselas es una pasada, y tras verificarlo en internet, pude constatar la estadística de que el 50% de la población legal (imaginar la total) en la ciudad tiene origen inmigrante, principalmente de África y los paises árabes. Aún siendo partidario de la mezcla de culturas y el movimiento migratorio, creo que ha de ser controlado porque si no, tarde o temprano, los problemas empezarán a surgir.
Una capital que, la verdad, me dejó bastante indiferente. Todo demasiado nuevo para mi gusto. Demasiados edificios recientes para las sedes de la Unión Europea y poco casco histórico. No llega al nivel desafortunado de Bratislava o Dublin (las capitales que menos me gustan), pero no es ni por asomo tampoco Amsterdam, Budapest o Copenhagen.

Bueno, el caso es que Dario ya estaba allí desde por la mañana y nos fue a recoger a la parada de autobús (4 horitas y media de bule señores). Llegamos al hotel, reservado por mi tras varios intentos fallidos de couchsurfing. No estaba nada mal, 3 estrellas y cerca del centro:




Era viernes y no quedaba mucha luz, por tanto nos dedicamos a cenar bien en un restaurante italiano y conocer la noche belga visitando 3 o 4 locales del centro. Bélgica es famosa, entre otras cosas por sus cervezas, y cierto es que tienen una gran variedad de sabores y graduaciones. Probamos de varios tipos, muy buenas todas ellas, pero me sigo quedando con nuestras deliciosas Pilsner, StaroBrno o Grambinus de la República Checa.




El sábado lo dedicamos a visitar el museo arqueológico, los edificios de la Unión Europea (una pena que los findes estuvieran cerrados al público) y la Grand Place, ésta última verdaderamente una maravilla. Si no recuerdo mal, también alguna catedral que otra cayó, a destacar la de St Michael y el Palacio Real.




No creo que haga falta mencionar que aquella noche también salimos. :) Los mejores momentos para mi gusto fue el estar rodeados de noruegos en una teteria, en la que pasamos un rato bastante divertido. Frase para el recuerdo de una de aquellas rubias: "Pero allí en República Checa hay muchos pobres, ¿verdad?.....Bueno como en España ¿no?" jajajaja



El domingo también fue aprovechado bastante bien, paseando por los alrededores del Átomo y el Urban Park. Hicimos la obligada visita al átomo por dentro, y a su exposición sobre el Cosmos (bastante flojita la describiría yo). Momentos de aquella mañana gris y ligeramente lluviosa:







La noche del domingo sería toda una aventura también. Nos fuimos al aeropuerto de Charleroi (según Ryanair es el aeropuerto de Bruselas, aunque quede a tiro de gapo de Luxemburgo....en fin) y acampamos como pudimos en el suelo de la terminal. Nuestro avión saldría a las 7 de la mañana, asi que teníamos una larga noche, que fue amenizada por un ruso expresidiario y una polaca que se iba a España de vacaciones.



Y nada, llegada a Bratislava sin contratiempos, tren de regreso a Brno y.....¿como no? a trabajar de empalme a las 2 de la tarde...¡si señor, que buen rollito!
Por lo demás, aquí todo sigue de lujo (a excepción que ha empezado a nevar de nuevo). Próximo post: quick visit a los castillos del sur de Moravia ;)


Ser malos.
Necesito ya un fiestón de música antigua en plan Oro Viejo.....ufffffffff tomaaa

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