viernes, 19 de agosto de 2022

Road Trip V: Schaffhausen, Zurich, Lucerne

De vuelta a Suiza, el viaje continuaría por el norte del pais, en la zona de Schaffhausen, ciudad medieval muy pintoresca que cuenta con las cataratas más anchas y caudalosas del continente.



Volví a cruzarme en el camino con Marcos y Jessica, para patearnos la ciudad, para que nos sablearan 30 euros por dos ensaladitas de lechuga y tomate y para ver la panorámica de la ciudad desde la fortaleza de Munot Festung.


A las cataratas del Rhin se puede llegar cómodamente con un trolebus de linea que tarda no más de 10 minutos desde el centro. El paraje en sí, es bastante agradable y digno de visita, aunque para ser record de caudal no me impresionaron demasiado. Tienen un salto de 23 metros, una anchura de 150 metros (esto es lo que las hace especiales) y una antigüedad de 17.000 años. Existen excursiones express en barca que te acercan al salto de agua y te dejan acceder a un pequeño islote con escaleras que se encuentra en todo el medio, pero la vista desde la orilla del rio y desde el parque aledaño es suficiente para admirarlo igualmente.




Nuestro viaje continuaría dirección Zurich, pero decidimos pasar la noche en un camping a las afueras de la localidad de Winterhur, donde pudimos disfrutar de una cena tranquila con cervezas e incluso la visita espontánea de Andrea, una chica que conocí en Islandia una década atrás y con la que seguía teniendo un mínimo de contacto por las redes sociales. Al final de la velada, cayó una tormenta y un vendaval, que hizo que una vez más dormir en la furgoneta fuera muy placentero.


Por otro lado, las sospechas de un posible positivo en covid se materializaron con el señor Marcos, con el cual hubo que mantener un mínimo de distancia desde ese momento. Ahora se entendía los cansancios y malestares de los dias anteriores.
El viaje continuaba y llegamos a Zurich con intención de patear las zonas más importantes de la ciudad durante toda la mañana, mientras la lluvia nos respetara, y que así fue de forma intermitente. Otra ciudad más para el recuerdo con sus bonitos canales y empedrados medievales. Visitamos la zona de Paradeplatz, la catedral de St Peter y las vistas que ofrece el barrio de Lindenhof. A destacar el excesivamente caro precio de las cosas, que en esta ciudad se acentuaba un poco más si cabe.



Decidimos por ello seguir la ruta y dormir en las inmediaciones de la ciudad de Lucerne, donde ya adivinamos la majestuosidad de la ciudad con las luces nocturnas y los reflejos del lago. Otra ciudad digna de postal que recorrimos de lado a lado el dia siguiente.






Al viaje todavía le queda chicha, asi que seguiré dosificándolo en el siguiente post.

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