martes, 9 de agosto de 2022

Road Trip III: Lugano, Acquafraggia

Tras mi paso por Italia, era el momento de ser acompañado por otra casa con ruedas conducida por Marcos y Jessica que venían desde España y habíamos quedado justo en el Lago de Como para iniciar nuestra aventura suiza. Dormimos en un camping cerca de la frontera para coger fuerzas y prepararnos para lo que sería una odisea de precios megainflados en los próximos dias.

Para recorrer las carreteras suizas es necesario comprar una pegatina que va adherida a la luna delantera , que cuesta 39 francos y que tiene una validez anual. Así se hizo y así entraríamos en el que sería mi pais visitado número 60! Suiza!


Suiza tiene 4 zonas muy diferenciadas idiomáticamente, siendo éstas la parte francesa, alemana, italiana y retrorrománica (la más minoritaria, tan solo en pequeñas poblaciones alpinas). Nuestra ruta inició por la parte sur italoparlante, llegando a la ciudad de Lugano.
Previamente fuimos a dar una vuelta por un pueblo llamado Morcote, donde hay poco que reseñar a parte de muchas casas lujosas y calles extremadamente cuidadas. Tras ello, nos pateamos la ciudad de Lugano y empezaron nuestros quebraderos de cabeza con el tema del aparcamiento. A destacar que cada región o cantón está regido por diferentes normas y el pais está totalmente ideado para que gastes dinero en estacionamientos. Lo de la acampada libre, a dia de hoy, pasa a ser una leyenda urbana o una norma de tiempos pasados.



Cerca de la ciudad hay varios montes con bonitas vistas y nosotros nos decantamos por el Monte Bre, donde también saboreamos los refuerzos culinarios que traía Marcos desde España a base de camping-gas y pan.


Los viajes son para improvisar y sobre todos los de carretera, que te facilitan esa libertad tan preciada por mi. Por tanto esa misma noche, volvimos al pais vecino, Italia, a un pueblo más al norte donde una gran cascada haría que dormir bajo su gran estruendo sonoro fuera más que un lujo.



Para hacer honor a su nombre el pueblo de Acquafraggia nos acogió gran parte de la noche con una granizada bestial, que aún debajo de un árbol, hubo que sacrificar el parasol alumínico para proteger la luna delantera de la furgoneta. De hecho, dias después los alcances del granizo seguirían presentes, pero no adelantaré cosas.

Ya fuera por el viaje, por la lluvia o por otras razones, Marcos no se encontraba en sus mejores momentos, por lo que decidieron relajarse un dia más allí. Yo sin embargo adelantaría camino; pasé por el pueblo vecino de Prosto, donde compré unas pastas artesanas muy famosas por la zona y me adentraré de nuevo en Suiza por una carretera montañosa espectacular. Llena de curvas y pendientes, la carretera de Spluga, hizo que mi mañana se convirtiera en toda una aventura.



Pero ese dia tampoco lo dedicaría a visitar Suiza, sino otro microestado europeo bastante curioso pero que relataré en el siguiente post.

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