jueves, 17 de febrero de 2022

Albania

La gran obsesión que me persigue en mi vida es viajar y seguir conociendo cuantos más lugares del mundo, mejor. Y no podía empezar el año 2022 con mejor manera que tachar otro pais de la lista europea. En este caso fue Albania, un sitio poco conocido y con escaso turismo, que llevaba ya tiempo queriendo visitar. La idea inicial era visitar la parte norte del pais y luego cruzar a Kosovo con la compañia de mi hermano y de Vela.

Muchas son las restricciones teóricas que plantean muchas fronteras y lineas aéreas en estos tiempos de pandemia, por lo que ponerse una segunda dosis de vacuna (válida como tercera por haber pasado la enfermedad previamente) facilitaría los trámites y el papeleo. Menciono "teóricas" porque la verdad es que el protocolo establecido no se comprueba en casi ningún aeropuerto ni frontera en los viajes que llevo hasta el momento en los últimos dos años.

Esa segunda dosis fue la causante de que mi hermano se pusiera realmente enfermo y de que su viaje peligrara bastante. Al final, dia 2 de enero cogeríamos el avión dirección Tirana tan solo Vela y yo. Había posibilidades de mejora y que se uniera al viaje 3 dias más tarde, por lo que cambiamos el itinerario inicial y disfrutamos de la Albania más profunda unos dias.


Nuestro vuelo llegó de madrugada, por lo que lo más cómodo y eficaz sería pasar la noche en los hoteles cercanos a la terminal. No olvidemos que Albania es el pais con menor renta per cápita de Europa, lo que hace que sus precios me parezcan de lo más atractivo.

El viaje comenzó visitando el pueblo de Kruja, al norte de la capital, a la cual se llega por una carretera secundaria congestionadisima de tráfico. Es un lugar con gran importancia histórica desde el punto de vista medieval y otomano. Pudimos recorrer sus empedradas y empinadas calles, visitar lo que un dia fue una gran fortaleza, que ahora se conserva parcialmente, y hacer nuestras primeras compras en el famoso bazar. Ya empezamos a sentir también la importancia que tiene el heroe nacional Skanderbeg, que sus estatuas lideran las plazas de todos los pueblos y su nombre está presente en cualquier mínimo detalle cultural del pais.



A modo resumen, Skanderbeg fue un aristócrata albanés, que llegó a ser incluso monarca, famoso por su valentía en la lucha contra los turcos. Pues bien, la ciudad de Kruja fue su lugar de nacimiento, explicando así su importancia histórico-cultural.

La tarde la pasaríamos por la ciudad costera de Durres, sin gran interés, sobre todo en invierno. Alguna foto del anochecer en la playa tuvo de caer eso si.


Seguimos la marcha hacia el sur llegando a la ciudad de Berat donde pasaríamos la noche en una Guest House con vistas espectaculares, pero con un frio de mil demonios. Los desayunos caseros incluidos que nos hizo la anfitriona de la casa simplemete sublimes y todo ello pagando 9€ la noche.


Berat es quizás la ciudad más turística del pais, siendo esto totalmente meritorio por el paraje en el que se encuentra, la arquitectura histórica y el gran ambiente que respira el lugar. A pesar de que Albania es un pais mayoritariamente musulmán, la globalización y la influencia americana, han provocado que haya mercados navideños y decoraciones claramente cristianas por esas fechas.

De la ciudad a destacar el Castillo y su mini ciudad medieval dentro del mismo llamada Calaja, la iglesia de la Santísima Trinidad, el barrio de Mangalen, el de Gorica, la mezquita de Xhamia e Plumbit, la Bachelor Mosque (que se encontraba cerrada) y la catedral ortodoxa.








Otra cosa curiosa de la expedición y de la ciudad fue el imponente Hotel Colombo, imitando al gran capitolio americano, que se vislumbra desde cualquier parte de la urbe con su cúpula iluminada y sus grandes columnas. Es un hotel de 5 estrellas demasiado desubicado y desproporcionado en mi opinión para el poco turismo (y de dinero) que pudiera atraer el pueblo en sí. Entramos por curiosidad para preguntar precios y nos sorprendió que pudieramos alquilar una suite con spa y desayuno por tan solo 80€ para las dos personas, peroooo lo más curioso del lugar era que no había ni un solo huésped según la recepcionista, con lo cual podíamos tener un pedazo de hotel de lujo abierto para nosotros solos. Aunque hubo un entusiasmo inicial por hacerlo, ya nos habíamos comprometido con Doña Emiliana (la señora de la Guest House) y hubiera quedado verdaderamente descortés irnos a mitad del dia de allí. Pero, repito, si hubieramos querido, este Hotel para nosotros:


El dia siguiente pasamos la mañana por el Parque Nacional de Divjaka, donde observamos sus curiosos pelícanos en los humedales.



Seguimos hacia Tirana, capital del pais para visitar uno de los búnkeres más famosos de la ciudad, dadas las exposiciones que se muestran en él y visitamos el mercado de navidad en la interesante plaza del archiconocido Skanderbeg.



Otro de los datos más curiosos de Albania es la cantidad de búnkeres que existen. El dictador comunista Enver Hoxha, se obsesionó con una posible invasión por parte de occidente o incluso de la propia URSS. Tal fue la paranoia que tenía que mandó construir un búnker por cada cuatro habitantes por todo el territorio. Aunque esta desproporcionada medida no se materializó en su totalidad, en un período de veinte años, Albania contaba con más de 175,000. Me hubiera gustado haber hecho algo de turismo oscuro vistándolos, pero al final visto uno, vistos todos.


Volvimos a dormir en el mismo hotel cercano al aeropuerto, porque pese que aún no se encontraba al 100%, mi hermano aterrizaría inminentemente para poner rumbo al territorio de Kosovo, que ya relataré en el siguiente post.

Allá por el año 2007 me propuse visitar al menos todos los paises de Europa. Pues bien señores, ya queda menos:

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