lunes, 9 de septiembre de 2019

Romania: Brasov, Bucharest, Iasi

Llegamos por fin a Brasov, la ciudad con más encanto y más visitada de toda Rumanía y encima el dia de mi cumpleaños. Recibí un bonito regalo a distancia de mi hermano, que consistía en otro vuelo más, que de momento no desvelaré su destino.
Brasov es una ciudad medieval, como muchas de las que quedan en Transilvania pero que es muy conocida por su gran oferta cultural y por su cercanía a varios castillos que más tarde mencionaré.


Nos pateamos todo el centro de la ciudad y nos alojamos en el Hostel Centrum House, que ofreció una noche inolvidable en el bar que tenía en el sótano, coincidiéndo allí 3 cumpleaños al mismo tiempo. Mucho palinka y cerveza tuvieron la culpa de que Juanfran y yo visitáramos la discoteca del pueblo.

Decidimos quedarnos un dia entero más y subir mediante un telecabina el monte que defiende la ciudad y donde se contemplan unas vistas más que recomendables. Bajamos por una ruta de senderismo de una hora y media siempre alerta de la presencia de osos salvajes bastante frecuente.




Tras comer, recogimos a Andrés, el voluntario guatemalteco del hostal que estaba interesado en visitar nuestra próxima visita, que era el famoso castillo de Peles. Las carreteras rumanas brillan por su faltade infraestructura y cuando encima le sumas una afluencia masiva de coches para visitar estos castillos, se traduce en literalmente 3 horas de tráfico para recorrer apenas 40 km. Merece la pena, sin embargo, dada la belleza y majestuosidad de uno de los castillos más modernos y lujosos del siglo XIX. La picaresca española nos hizo ahorrarnos algo de dinero pagando solo la visita a la planta baja (aunque la hiciéramos completa) y siendo estudiantes una vez más.


 
 
 

Después de la visita al castillo merendamos una pizza en el bonito pueblo de Sinaia, donde se ubica el citado castillo y volvimos a Brasov a descansar. Hubo tiempo incluso para un entreno corriendo por las calles empedradas de la ciudad.

Seguimos nuestro viaje el dia posterior con una frustrada visita al santuario de los osos ya que estaba cerrado. Y como no podía ser de otra manera pasamos por el archiconocido castillo de Bran, en el cual gira toda la leyenda y el folclore de Drácula, cuando en realidad no tiene ninguna relación con el personaje histórico de Vlad Tepes. El complejo se compone de decenas de tiendas de souvenirs, una cola infumable para entrar en el castillo (cosa que no hicimos) y alguna atracción como el "Horror Passage" de cuestionable calidad. Una foto de rigor, y desde lejos...


Dejando atrás el turismo dominguero, y tras encontrar un camino alternativo propiciado por un accidente múltiple que cerró la carretera durante horas, llegamos a la sinuosa carretera de Transfagarasan. Considerada la carretera más bonita del mundo según Top Gear, la verdad es que sus vistas no dejan indiferente.

 



Por el camino vimos las ruinas del verdadero castillo que habitó Vlad Tepes, llamado Cetatea Poenari y la gran presa de Barajul Vidraru.

Y aqui llega uno de los momentazo del viaje. Avistamiento de un oso salvaje a escasos dos metros de nuestro coche en la citada carretera. Un ejemplar precioso y un gran minuto para el recuerdo.


El dia había sido bastante largo, y llegar hasta la capital rumana era demasiado, por lo que decidimos pasar la noche por el camino en una pequeña localidad llamada Corbeni, donde descansamos y nos nutrimos con un gran desayuno al dia siguiente.

Llegaríamos a Bucharest y decidimos pasar toda la tarde en un fantástico complejo de Spa´s al norte de la ciudad, totalmente recomendable si se pasa más de 1 dia en la capital. El sitio se llama Sands of Therme y es el más grande de toda Europa Central y del Este. Tiene 3 areas recreativas con diferentes tarifas, Galaxy, Palm y Elysium. Nosotros pagamos por las dos primeras y pudimos disfrutar de varias piscinas cubiertas y exteriores a distintas temperaturas, baños turcos aromáticos, saunas e incluso un pequeño parque acuático para echarnos unas risas.


El último dia de Juanfran y Marcos lo pasaríamos con la más que obligada visita al Parlamento. Datos a destacar de esta mole de edificio:
- 2º edificio más grande del mundo, tras el Pentágono. 1º edificio administrativo más grande del mundo.
- Construido por mandato del dictador  Cauchescu, que paradójicamente nunca llegó a usar dada su ejecución previa. No quiso proveerlo de aire acondicionado por miedo a que lo envenenaran. Las escaleras reales de mármol interiores fueron reconstruidas hasta 6 veces para ajustarse a su pisada y a la de su mujer.
- Existen varios búnkers y párkines subterráneos con una profundidad de 9 pisos. Hay alrededor de 1000 habitaciones, de las cuales en la visita solo te enseñan una docena de ellas.
- Todos los materiales para su construcción, al igual que la gente que trabajó en ello eran rumanos en su totalidad.
- Cauchescu mandó demoler o incluso mover (con unas técnicas de railes y poleas faraónicas) cualquier edificio a 7 km a la redonda del Parlamento para que pudiera ser visto mejor. Y su fachada origina una gran avenida con tantas fuentes como provincias rumanas hay y con un ligero guiño al estilo de los Campos Elisios de Paris.


 

 

Tras pasar la mañana entre historia y datos curiosos, dejamos nuestro Dacia Duster en el aeropuerto y así despedirme de la parejita de colegas que hicieron Transilvania mucho más divertido. Yo por mi parte me alojé en un hotel a apenas 15 minutos andando de la terminal ya que a mi próxima ciudad llegaría en avión.

Y así llegamos a mi última parada rumana, la ciudad de Iasi (pronunciada "ias") al noreste del pais y muy cerca con la frontera moldava. El primer dia aproveché para cortarme el pelo, entrenar cerca del rio y visitar un par de bares. El dia de después mis zapatillas recorrieron varios kilómetros visitando todo lo posible la ciudad: Union Square, The Metropolitan Cathedral, The Catholic Cathedral, Three Hierarchs Monastery, National Theater, Dosoftei House, St Nicholas Church, Barboi Church, Great Synagoge y el impresionante Palace of Culture con sus hermosos jardines.


 



Para seguir innovando, decidí contactar con el grupo de corredores de la ciudad a través de Facebook y unirme a ellos a un entreno de trail que tendría lugar a la mañana siguiente por un bosque cercano. Muchisimas gracias por la acogida al equipo de Running Iasi que me fueron a buscar en coche al hostal y me iniciaron en la carrera por montaña a la que le he empezado a pillar el tranquillo.

 
 

Mi siguiente paso, sería el pais vecino, pero contémoslo en el siguiente capítulo...

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