viernes, 26 de diciembre de 2008

Euskal Herria

Después del viaje a Irlanda, la misión era encontrar trabajo. No fue difícil, y tras 9 ó 10 entrevistas, empecé a formar parte de una consultora en Madrid. El tiempo empezó a ser una cosa bastante valiosa en mi vida, viendo que paso la mayor parte del día fuera de casa, entre trabajo, metro o trenes.


Pero necesitaba darme otro viajecito. Me enteré via facebook de que mi amigo libanés George, se movía a España a vivir con su novia Ainhoa (amiga mía por supuesto también). A ellos dos les debo mil gracias ... las primeras personas que conocí en Suecia y que me acogieron como hermanos. Y había conocido también a algún vasco más, asi que excusa más que suficiente para ir a verlos.


El destino pues, fue Euskal Herria, Euskadi o Pais Vasco, como quieran ustedes llamarlo. El viaje consistiría en un escaso fin de semana, pero mejor eso que nada. Según salí de trabajar hacia las 6 de la tarde, cojí el coche y a la señorita Maria y yo tiramos millas hacía el Norte. Paramos a cenar en Aranda de Duero, también aprovechando que Sandra venía desde Alemania a visitar a su querido Trioman. Diego (Trioman), nos enseño su bodega y las calles de Aranda, que yo ya apenas recordaba.
Siguiente parada: Bilbao. Tras una larga búsqueda del piso de Anjel, ya que estaba bastante ocupado y no tenía ni siquiera el móvil encendido, al fin lo encontramos. Pasamos la noche allí y por la mañana visitamos Bilbao.








Siguiente parada: Donostia o San Sebastián. Nos reunimos con George y Ainhoa y fuimos a comer de tapas por las tascas típicas. Mas tarde se agregaron Mikel y Ion. Ya estabamos los 7 magníficos, para partir la noche donostiarra.





Por la noche, o más bien por la mañana, cada mochuelo a su olivo. George y Ainhoa hacia Hernani, Mikel y Anjel a Irún y Maria y yo nos fuimos a dormir a casa de Ion a Olaberria.
Vistas desde la casa de Ion....mira mira! Aquellas casas de allí son de Francia!




El domingo comimos en Irún en una sociedad gastronómica por cortesía de Mikel. Aquí se puede observar la fauna de la región con sus barras de pan 'normales'.




Después de la comida, volvimos a Donosti en busca de mi coche, dado que la noche anterior no estaba nadie en condiciones de conducir ;). Y allí nos despedimos Maria y yo, volviendo a Madrid, tras un finde de risas, muchas horas de coche, visitando Euskadi, hablando inglés (para George), español e intentando chapurrear lo poco que aprendimos de vasco.
Y de nuevo, en tierras lluviosas y de mal tiempo, el sol brillo a todas horas y con temperaturas bastante agradables.
Agur!!

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