jueves, 27 de agosto de 2020

Ibiza

Muchas semanas, que se han convertido en meses, de parón bloguero y viajero dada la situación a escala mundial a la que nos enfrentamos. La planificación de viajes ha pasado a ser una ruleta rusa y si finalmente se materializan, poco menos que un lujo. Tras los meses de confinamiento y la temporal mejora frente al coronavirus, el verano prometía una tregua al menos a nivel europeo y por tanto mi cabeza empezó a maquinar fechas y destinos. Mirando dentro de la Unión Europea, se planteó en un inicio Chipre como posible destino veraniego, más tarde hubo flirteos de rutas entre Finlandia, Estonia y Letonia. Tras ver que la situación volvía a estar inestable, nos centramos en cruzar la menos cantidad de fronteras posibles, por lo que elegimos solo Letonia. El virus resurgia y acotaba destinos, por lo que se empezó a plantear viaje en carretera de alguna de las costas francesas o incluso portuguesas. Pero a principios de agosto España empezó a ser vetada en casi todo el continente, por lo que el turismo nacional era la única opción, y la balanza se inclinó por Ibiza, experiencia que contaré en las siguientes lineas.

La isla bonita con fama mundial de sobra conocida por sus macrodiscotecas y fiestas descontroladas, se ha transformado en un destino mucho más tranquilo para explorar sus calas dado el cierre de todo el ocio nocturno. Los elegidos para este viaje improvisado fueron el señor Vela, Juanfran, Alvarito, mi hermano y un servidor, donde coincidiriamos también con Karla y Raúl.

Los primeros 4 dias los pasamos en un Airbnb en Playa D'en Bossa donde exploraríamos los aledaños y las calles de las discotecas más famosas vacias de lo que en anteriores veranos era un hervidero de gente. Asistimos a lo que podriamos llamar un cierre de Ibiza en un pub llamado Murphy's, dado que al dia siguiente la normativa cambiaría cerrando todo el ocio nocturno sin distinción.

Aprovechamos también para visitar la vecina isla de Formentera, a la que fuimos en ferry y exploramos con un coche de alquiler. La isla es verdaderamente pequeña y en un dia puedes recorrer sus puntos de interés fácilmente. Fuimos a ver el Faro de Mola y comimos en un paraje espectacular con una cala de agua cristalina llamada Es Codol Foradat. Pasamos toda la tarde en la conocida playa de dos orillas Ses Illetes y nos despedimos de la pequeña y acogedora isla para volver a Ibiza.


El dia posterior la cala elegida fue Xarraca donde también nos dimos un buen homenaje en el restaurante de la propia playa y fuimos a ver el atardecer a Benirrás, sin duda una de las partes más hippies de la isla. 


El dia de después intentariamos ir a cala D'hort pero nos pilló el toro con la hora y solo pudimos disfrutar de sus vistas desde el mirador viendo el peñón de Es Vedra. Comeriamos algo rápido en el pueblo de San José y disfrutamos de la cala Bassa nadando y haciendo un poco de snorquel. Alvarito volvería a la península ya.


El martes nos mudamos de campamento base y nos iríamos a San Antonio, y tras dejar a mi hermano en el aeropuerto, los tres mosqueteros que quedábamos, fuimos a ver el puerto y la ciudad de Ibiza, la cual me sorprendió mucho por sus calles sinuosas y particulares.






Los madrugones son obligatorios si quieres entrar en las playas, sobre todo con la nueva normativa, por lo que hubo que hacer lo propio para pasar la mañana en cala Comta. Por la tarde exploramos los acantilados de la Punta Galera, donde pudimos disfrutar de unos buenos saltos al agua. Rematamos el dia con una puesta de sol en el conocido bar Kumharas.





Nuestras ganas de explorar la isla no paraban y la playa de Aguas Blancas fue nuestro siguiente destino. Me gustaron muchas de las calas, pero si tuviera que elegir, quizás me quedo con esta última, por su aspecto salvaje y sus recovecos entre rocas, que la hacen de dificil acceso. Conocimos a unas chicas muy majas con las que volvimos a Punta Galera a ver la puesta de sol, cenar e incluso cayó un baño nocturno. Nos dio tiempo a pasar por la playa de San Vicente previamente también.

Y el último dia tocaría pasarlo entero en cala Tarida, donde nos despedimos de la isla hasta más contar.

Ibiza, un sitio que nunca me había llamado la atención, pero que me ha sorprendido gratamente y al que muy probablemente haya que volver.

Ahora de momento, toca quedarse quietecito y hasta más contar, y con todo el pesar de mi corazón este 2020 esta siendo sin duda el año con menos viajes de mi vida adulta. Be positive, be safe, let's travel soon!

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