viernes, 3 de marzo de 2017

Cambodia: Phnom Pehn

Me va pillando el toro y se me solapan los viajes. Ritmo que la publicación de los posts está claro que no puede soportar y por eso voy con meses de retraso. Asi que habrá que trasladarse a unos dias antes de las navidades pasadas en mi última etapa del viaje del sudeste asiático cuando me encontraba en la majestuosa Camboya.

Después de pasar unos dias en Kampot y luego en la isla de Koh Rong, ue momento de visitar la capital, Phnom Pehn. Para eso, un ferry me llevó desde la isla hasta tierra irme a la localidad de Sihanouk Ville, donde mucha gente se queda varios dias ya que tiene bastantes facilidades y unas playas recomendables. Yo no paré y cogí una minivan que en 6 horas me dejaría en mi destino. Llegué sobre media noche, cuando todo está cerrado y sin mucha vida (una de las cosas más sorprendentes, dado que esperas algo de movimiento al ser la capital de un pais). Me alojé en un hostal céntrico y el dia siguiente lo dediqué a patearme la ciudad. Mis impresiones fueron que es una ciudad muy muy sucia (como casi todas las ciudades asiáticas) pero no tan caótica como Bangkok o Ho Chi Minh. Visité el Wat Phnom, uno de los templos más grandes de la metropoli y a la llegada de la chica inglesa que conocí en Koh Rong nos tomamos un par de mohitos en un ático de la ciudad.


En mi tercer día allí, sería hora de ver los famosos Killing Fields y la prisión. Para poneros en contexto, el gobierno genocida de Pol Pot entre 1975 y 1979, en su delirio de crear una sociedad comunista maoísta, dejó morir, ejecutó o hizo desaparecer al 40% de la población de Camboya, es decir, a unos 3 millones de personas. En proporción es una cifra que a tal velocidad, supera tristemente el genocidio de Hitler y solo comparable con el ocurrido en Ruanda. Los llamados Jemeres Rojos (el ejército comunista de Pol Pot) asesinaron continuamente a gente por el mero hecho de parecer listos, llevar gafas, saber leer, hablar otro idioma, ser extranjero, personas de la ciudad, gente con las manos suaves y muchos bebes. Su idea enfermiza anhelaba una sociedad controlada por las areas rurales y que se sustentara con su propia recolecta y obviamente controlado por un régimen totalitario y horrible.



Estuve en los campos de exterminio, donde una audio-guia te va contando las atrocidades que allí se cometían. Tras 35 años, aún siguen apareciendo huesos y ropa a diario en la superficie del terreno, lo que provoca sensaciones de tristeza y rabia.

Tras los campos, la otra parada obligatoria es la Prision S-21, en el centro de la ciudad. Era una de las tantas prisiones del régimen utilizadas para torturar y asesinar a gente. Esta en cuestión, de aspecto inofensivo, era anteriormente un colegio de primaria, que los Jemeres Rojos convirtieron en su centro de operaciones de su locura. Me llamó muchisimo la atención la historia de un turista inglés que se encontraba en el pais cuando todo empezó y el cual estuvo retenido en esa prisión por el mero hecho de ser extranjero. Le acusaban de espia y le torturaron para sacarle una información inexistente. En el museo se pueden leer traducidas las declaraciones del preso, que tuvo sentido del humor hasta su ejecución, diciendo cosas como "My chief is Kentucky Fried Chicken"



Después decidimos ver el Palacio Real, que sinceramente es más bonito por fuera y su plaza principal al lado del rio donde los camboyanos hoy disfrutan de sus parques y mercados ambulantes.


Por la noche, estuvimos en el mercado de comida nocturno donde nos juntamos con varia gente que conocí en la isla dias atrás. Y decidí darme un homenaje por mi último dia en la ciudad alojándome en un hotel de lujo (18 € la habitación :) , con ducha caliente por fin y una cama en condiciones.


Tras los intensos dias camboyanos, sería hora de volver a Singapur, donde tan solo pasé una noche y devoré un libro para matar las horas del di siguiente antes de coger mi último avión con destino Londres-Madrid.


Y con esto señores, finalizó otro gran viaje de mes y medio por tierras asiáticas, que en realidad fue tan solo una pausa para volver tras un mes en familia y pasando las navidades. Si si.....Nepal me esperaba después con los brazos abiertos :)

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