Es curioso como después de recorrer diferentes paises cada año sigo eligiendo mi destino playero preferido, Torrevieja. El misterio de mis repetidas vacaciones anuales no es la playa, el sol o las fiestas, sino los recuerdos y amigos que envuelven ese lugar.
Este año gracias a mis queridos turnos, fue posible estar algo más de dos semanas por tierras mediterráneas. Se resumieron en relax, playa, cenas con amigos y familia e incluso algo de fiesta. Juan y yo, presionados en cierto modo por mi hermano y el aburrimiento, nos pegamos una fiesta de la espuma en la antigua Pacha. Poco queda aun así de la esencia de esos años dorados cuando nos juntábamos 7 o 8 coches y botellones de 15 litros de alcohol. La edad pesa también y el ambiente guiri-juvenil ya no te permite encajar del todo. De todas formas, buena oportunidad para probar la GoPro (ahora con un nuevo gadget: la muñequera).
Otro de los dias clave fue el descenso del rio Segura a remo en banana, también con reportaje de GoPro incluido.
Unos dias que pasaron volando y con una vuelta al curro realmente breve de tan solo 2 dias, antes de poner rumbo a tierras bohemias del rio Vltava, que contaré en el siguiente post.
I love Torrevieja...
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