miércoles, 30 de enero de 2013

Sri Lanka II: Uda Walawe, Tea Plants, Haputale

Tras la visita por el criadero de tortugas, hicimos un largo viaje hasta Embilipitiya, pasando eso si, por varios templos en el camino.




Como curiosidad, me acuerdo de ver murciélagos colgados de los árboles del tamaño de un gato. No fuimos afortunados, sin embargo, en contemplar la famosa vista de los pesacadores sostenidos tan solo en una estaca sobre el mar dado el fuerte viento y la mañana gris que acontecía.


Llegamos a nuestro destino donde hotel consistía en una casa lujosa metida en la jungla, cosa que a Carmen le emocionó bastante :) 



Descansamos, cenamos en dicho hotel y decidimos levantarnos a las 5 de la mañana para recorrer el Parque Nacional de Uda Walawe a través de un Safari guiado, ya que durante el dia el calor podría ser insoportable. Nos hartamos a ver elefantes salvajes, ciervos, búfalos, tucanes, serpientes y lagartos de diversa índole. Un tour de más de 3 horas, que valió la pena (y unos cuantos euros también )







El programa de nuestro guia nos planteaba dormir de nuevo en Embilipitiya, pero al haber recorrido el Parque Nacional temprano, decidimos avanzar el camino haciendo noche en Haputale. Dejando atrás Embilipitiya, tras pocos kilómetros tuvimos la suerte de ver los elefantes salvajes de Uda Walawe desde muy cerca, dado que una gran parte del Parque colindaba con la carretera. Paramos y los alimentamos con un poco de maiz que nos vendieron los locales aprovechando dicha situación. 



Nos dirijimos a las Tierras del Norte en la montaña, donde una sudadera no hacía mal su trabajo, vamos, que hacía rasca.Estuvimos paseando por la ciudad de Ella, donde nos dimos un merecido masaje en los pies de más de media hora por cuatro duros. Hicimos algo de senderismo por las montañas vecinas a la llamada Ella Rock y al Little Adam`s Peak. Las vistas de las plantaciones de té eran espectaculares. En la cima de una colina, nos tomamos unas tazas de té en un restaurante con el mejor horizonte visual posible.







Tras nuestra expedición por las plantaciones, la lluvia tomo las montañas, asi que fue hora de llegar a Haputale donde haríamos noche. Antes de cenar, decidimos darnos un paseo por el pueblo con una pareja inglesa que conocimos en el hotel. La localidad en sí era bastante desagradable y mal oliente. La gente orinaba y defecaba en unos riachuelos a pie de calle, siendo esto el único alcantarillado existente. Acontecía un pequeño concierto de música singalesa, e intentamos disfrutar de ello con un par de cervezas, pero el olor y el gentio empezó a ser algo estresante. La habitación tampoco fue una maravilla y el descanso no fue total, dado que la habitación de al lado estaba en obras que empezaron antes de las 8 de la mañana.
El dia siguiente decidimos encontrarnos con nuestro guia en Nowa Oya, pueblo al que llegariamos por mediación de un tren. Durante el trayecto, experiencia y vistas indescriptibles.
Pasamos por la fábrica de té, donde pudimos descansar y descubrir como trabajan las mujeres tamiles, únicas encargadas de la recolecta de la hoja.













Y tras varias cascadas de agua, macacos cruzándose en el camino y mucho más té, llegariamos a la segunda ciudad más importante del pais, parte que contaré en el siguiente post, no seais impacientes :)

Por cierto, aunque no venga a cuento, el dia 8 volvemos a pinchar en un garito Dario y yo aquí en Brno...adivinar con qué tema empezaremos sesion:


No hay comentarios:

Publicar un comentario