lunes, 20 de mayo de 2024

Azerbaiyan I: Baku, Shamakhy, Lahich, Sheki

Justo antes de que explotara la pandemia del Covid, mi afán por explorar el Cáucaso, me había hecho comprar unos vuelos y planificar la visita a Georgia, Armenia y Azerbaiyan. Todos sabemos lo que finalmente pasó con el cierre de fronteras y la locura que se vivió, por lo que el viaje quedó aplazado. Ahora este viaje se está realizando por partes, con el itinerario georgiano a finales del pasado verano y ahora con la visita al peculiar territorio azerí.

Los 5 intrépidos como ya va siendo habitual seríamos mi hermanito, Luis, Vela, Juanfran y un servidor. Volando cada uno desde su ciudad de origen, nos reuniríamos en mi archiconocida ciudad de Budapest, haciendo una escala de apenas 24 horas, donde por supuesto visitaría a mi gran amiga Daphne.


Algo del turismo tipico por la parte de Buda y un gran descubrimiento para comer, el restaurante judío de Mazel Tov.

Nuestro vuelo a Baku, la capital del pais, era de madrugada y, aunque teniamos reservada la recogida, nuestro taxista se durmió y hubo que apañárselas. Llegamos al alojamiento para descansar apenas 5 horas y ponernos en marcha a la mañana siguiente con coche de alquiler.

Nuestra primera parada obligada fue el llamado Fire Temple o Ateshgah, lugar de culto de los antiguos hindús y persas zoroástricos, que creian en los cuatro elementos sagrados de tierra, agua, fuego y aire. En el centro del centro una llama sigue haciendo las delicicias de lasfotos de los turistas, pero ya no es la natural que estuvo activa más de un siglo hasta 1969.


Una vez instalados en la capital, nos pateamos todo el centro histórico de Baku, el cual tiene mucho encanto, visitando la Maiden Tower y el Palacio de Shirvanshak.



Los azerís son una mezcla muy peculiar. Son musulmanes, muy poco practicantes con un pasado soviético aún muy latente y con cultura muy cercana a la europea. La noche ya precumpleaños de Miguelito fue, una vez mas, apocaliptica.

A duras penas por la resaca presente en el dia de después, pusimos rumbo al noroeste, pasando por la ciudad de Shamakhy, donde pudimos visitar un monumento a la memoria de los soldados caidos y un avión de guerra abandonado.





Es necesario hacer aqui una pequeña mención historico-bélica de la situación del conflicto. El Nagorno Karabaj es una región de Azerbaiyan que en los últimos cien años aproximadamente ha estado poblado principalmente por mayoría armenia, debido a movimientos migratorios promovidos por Rusia y la Union Soviética. Es una región enclave integrada en territotio azerí y rodeada por tanto por Azerbaiyan. Durante décadas ha sido objeto de disputa, llegando a estallar varias guerras con miles de bajas. La última gran ofensiva del gobierno azerí fue a finales del año pasado y oficialmente la guerra acabó el 1-1-2024 con la rendición armenia del Alto Karabaj, no sin antes minar todo el territorio al abandonarlo.

Por supuesto que nuestra curiosidad demandaba acercarse al Karabaj, pero las recomendaciones y el control militar fue muy claro al respecto, por lo que desistimos de nuestra idea.

Nuestro camino siguió pasando por el pueblo de Lahich, una pequeña aldea empedrada con multitud de tiendas artesanales, la mayoría cerradas probablemente por las altas horas de la tarde en las que llegamos. Aún así tuvimos tiempo de hacernos una fotos muy cómicas con los trajes tradicionales de los cazadores de la zona y conocimos un grupo de turistas rusas con las que compartir unas copas de vino por la noche, pero ya en Gebele, donde hariamos parada para pasar la noche.



El dia siguiente seguimos dirección oeste, aproximándonos ya al pais vecino de Georgia. Por el camino decidimos parar en unos asentamientos nómadas para desayunar y tomar algo de té, acogiéndonos una familia muy amable de refugiados del Karabaj.


Seguimos hacia la ciudad de Sheki, donde visitamos algunos de sus puntos de interés. La lluvia no dio tregua en este sitio, por lo que la visita se vio muy limitada a ver el Lower Caravansera (una especie de claustro) y el Palacio de Shaki Khans con una arquitectura muy moderna para la época.


Dejemos la otra mitad del viaje para el próximo post.

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