viernes, 17 de marzo de 2023

Miami

Mi hermano me propuso esta vez ir a ver a nuestro amigo Ginés que lleva ya varios años viviendo en Miami, y de paso ver algún pais cercano a la península de Florida, pero que no desvelaré en este post. El caso es que por un precio más de razonable (450€ ida y vuelta), dada la situación del combustible, volamos una vez más a suelo americano.

Lo que en un principio nos llamó más la atención fue el hablar castellano con absolutamente todo el mundo, y por supuesto los elevados precios de todo en general.

Con tan solo unas horas de sueño y ya instalados en la casa del señor Ginés, nos levantamos con ganas de recorrer Venice Road corriendo como deporte matinal. El descanso merecido se situó en la infinity pool del edificio de nuestro anfitrión, que por cierto, se podría decir que es vecino de el señor David Beckham, que vive en el edificio de al lado.





Una de las atracciones indiscutibles de Miami es la Calle 8 de Little Havana, donde sus coloridas calles, locales y gente tehacen sentir como en Cuba.



                                                              

La noche del viernes seguramente está en mi Top 1 en cuanto a dinero gastado. Empezamos en un roof-bar del distrito financiero llamado "Dolores but you can call me Lolita" y acabamos pidiendo un reservado con una botella del prestigioso ron guatemalteco Zacapa en lo que se suponía uno de los clubs más exclusivos de la ciudad, el Socialista. La noche acabó con Karaoke y la pérdida de la noción del tiempo. Caerían 350 $ por cabeza facilmente.

El dia siguiente lo pasaríamos visitando el distrito de Wynwood, muy conocido por sus grafitis y su arte callejero. 




Otra noche más para la colección en otro roof-bar y una discoteca, donde hubo gastos similares a la noche anterior.


El domingo fuimos a la parte más famosa y fotografiada de la ciudad, Miami Beach, que se encuentra en forma de islas interconectadas por puentes de cara al Océano Atlántico. Lugar donde el cine estadounidense nos ha fascinado con sus películas policiacas de los años 80 y 90.





Para finalizar el paso por Miami, el último dia correríamos otros 7-8 kilémetros alrededor del distrito de Brickle. Más tarde, nos dirigimos a la Comisaría Central, donde el Teniente on Duty nos atendió de maravilla y nos enseñó todas las instalaciones, dándonos incluso merchandising de la policía.


El martes fue turno de poner rumbo a otro país, que fue todo un espectáculo y que comentaré en el siguiente post.

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